Relatos de conexión: ¡Me hubiera gustado no tener una hermana!
- Varignia
- 2 jun 2021
- 2 Min. de lectura
Estábamos una mañana de domingo en la casa los 4. Yo tenía la expectativa de que fuera una mañana tranquila y pacífica, estábamos los dos papás en la casa disponibles.
Mientras tomábamos desayuno, Josefa se fue a jugar sola con sus personitas de playmobil, de repente Marta se acercó a su juego y le quitó una personita. Josefa la salió persiguiendo y la agarró de la ropa para que se la devolviera. Marta la tiró lejos para lograr que su hermana la soltara.
Después de que Josefa recuperó su figurita fue a pegarle combos a Marta, la perseguía por la casa.
Logramos evitar por un rato que se pegaran, poniendo nuestros cuerpos como límite. Marta se empezó a enojar y dijo:
Marta: ¡¡Yo quiero tener playmobiles sólo para mí!!
Yo: Ahhh, ¿te gustaría que te regalaran playmobiles y que sean tuyos?
Marta: Siii, Josefa no me presta sus playmobiles, no me gusta pedírselos porque nunca me los presta.
Yo: Ahh, entiendo, ¿te gustaría que te regaláramos un set?
Marta: Siiiiiii.
Vino Josefa y le volvió a pegar.
Yo: ¡¡Josefa!! Marta está llorando, está triste porque cree que si te pide los playmobiles no se los prestarás, entonces te los quita, y le da rabia que tengas más playmobiles que ella.
Josefa: ¡¡¡Yo quiero ser la hermana mayor!!! Porque Marta siempre me quita las cosas.
Yo: Creo que la Marta tampoco está contenta con ser la hermana mayor.
Martita: Sí.
Yo: Josefa, ¿a ti te gustaría ser hermana mayor porque crees que así nadie te quitaría las cosas?
Josefa: Sí, ¡¡porque Marta tiene mucha fuerza!!
Yo: Ahhh, ¿te enoja mucho que Marta pueda quitarte las cosas porque tiene más fuerza que tú?
Josefa: ¡¡¡¡¡¡¡Siiiiiiiii!!!!!!!!
Mientras Marta nos miraba y seguía con pena.
Yo: Marta, ¿escuchaste lo que dijo la Josefa? Que le da rabia que tengas más fuerza, que le gustaría ser hermana mayor.
Marta: A mí me da rabia tener una hermana más chica. ¡Tonta Josefa!
Yo: Marta, ¿te hubiera gustado no tener una hermana?
Marta: Sí, porque así me pondrían más atención.
Yo: Ahhh, ¡Marta! ¿A ti te dio mucha pena que cuando nació Josefa yo le puse más atención a ella?
Martita: Siii – y se puso a llorar con mucha pena.
Yo: Ohhh, Marta, ¿Te sentiste muy solita cuando nació Josefa?
Marta: Siiii. ¡Me abandonaste!
Yo: Ayy, lo siento tanto. Siento tanto que lo hayas sentido así. Me hubiera gustado tanto haber sido capaz de verte en ese momento. Cómo me gustaría haberlo hecho de otra forma, haber sido consciente del impacto que tenía en ti.
Nos abrazamos. Lloramos las dos. Josefa nos acompañaba cerquita. El papá también estaba ahí, sosteniendo emocionado.
Cuando hay disponibilidad y disposición de los adultos, los niños se sienten seguros de expresar sus sentimientos y, así, pueden ir procesando dolores profundos.






Bello!!!