Qué hacemos y por qué lo hacemos
Nuestra filosofía es el aprendizaje autodirigido, es decir, confiamos en que los niños y niñas (y todos los seres humanos) son capaces de dirigir sus vidas de manera autónoma, guiados por sus intereses y necesidades.
Esto naturalmente sucede a través del juego libre, que es el medio más importante para el aprendizaje, ya que les permite explorar y experimentar en todos los ámbitos del desarrollo: físico, intelectual, emocional, social.
Los niños y niñas sólo necesitan saber que confiamos en
ellos, que tienen la libertad de tomar la dirección de sus
vidas y que los adultos estamos para acompañarlos en este proceso de crecer. Confiamos en su capacidad para aprender lo que necesitan y lo que quieren en el momento en que están preparados para ello. Si nosotros confiamos, ellos confían.
Los facilitadores estamos para conectar, simplificar, aclarar. Facilitamos el aprendizaje y promovemos un ambiente de empatía y respeto mutuo, entendiendo y acogiendo a cada uno en su individualidad. Nos ocupamos de que fluya la comunicación abierta y compasiva entre todos quienes participamos en el día a día.
Entendemos que todos los seres humanos siempre estamos enseñando y aprendiendo. Los facilitadores estamos para sostener un espacio físico, emocional e intelectualmente seguro para que emerja la curiosidad natural y el entusiasmo de aprender.
Entendemos que los niños pequeños están aprendiendo a identificar sus emociones y a expresarlas, sus conductas siempre tienen un trasfondo que es importante entender. Escuchamos con empatía e intentamos entender qué es lo que hay detrás de sus comportamientos.
No enseñamos activamente ningún contenido a menos que los niños y niñas nos lo pidan, contestamos sus preguntas y los apoyamos en la búsqueda. Observamos a cada uno detalladamente para poder acompañar sus sentimientos y sus necesidades, tanto físicas como emocionales. Damos un máximo de apoyo con una mínima intervención.
Apoyamos a que los niños se vuelvan cada vez más autónomos entregándoles un ambiente seguro para el juego libre, evitamos al máximo la intervención adulta, para darles el espacio que necesitan para experimentar tomar decisiones, enfrentar desafíos y ensayar constantemente la vida adulta.
Conformamos grupos de niños y niñas de diferentes edades a partir de los 3 años. Al interactuar niños que se encuentran en distintas etapas, surge un juego libre y espontáneo en el que todos participan de acuerdo a sus capacidades e intereses, aprendiendo a valorar y respetar las capacidades e intereses de los otros.
Los adultos estamos en permanente observación de nuestros sentimientos y necesidades, y de nuestra práctica. Lo que significa un trabajo profundo en nuestras propias biografías y experiencias de vida.
Estamos en una permanente búsqueda y profundización sobre el desarrollo de los seres humanos. Nos basamos en la educación autodirigida , en el aprendizage ágil, Comunicación Compasiva (o No Violenta), en las escuelas democráticas, en la educación creadora de Arno Stern, en la crianza compasiva, entre otras fuentes.