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Relatos de conexión: Lo voy a romper todo

Actualizado: 3 jun 2021

Por Varignia


Josefa empezó a prender y apagar la luz del nuevo globo terráqueo de Marta, fue un regalo de la nona por su cumpleaños. Marta se acercó para intentar hacer que Josefa parara de hacerlo. Ella no paró y se empezó a enojar, luego Marta la amenazó y Josefa estalló tirando el globo terráqueo y se quebró una pieza chiquitita.


Marta se enojó y se puso a llorar. Yo me enojé y le grité que se había roto el globo terráqueo y que lo dejara. El papá estalló, le gritó y fue a sacarla de ese lugar.


Josefa estaba gritando, llorando:


J: ¡¡¡¡¡Me voy a ir de esta casa para siempre!!!!!!!!! – Y se encerró en mi pieza.


Me quedé con Marta revisando el globo terráqueo, conteniendo su pena e intentando resolver cómo arreglarlo.


Josefa seguía en mi pieza llorando y gritando (en estos casos casi siempre se aleja y pide que nadie se le acerque).


Su papá me pidió que fuera yo a verla porque él seguía muy enojado. Se quedó conteniendo a Marta. Fui a la pieza y estaba Josefa rompiendo un libro de su papá.


Yo: ¡Josefa, sí que estás furiosa! Pero no te puedo dejar romper el libro del papá.


J: ¡¡¡¡Voy a romper todo el libro del papá!!!


Yo: Uf, creo que él se pondría furioso… (Me doy cuenta de que quiero lograr inmediatamente que no rompa el libro, pero no estoy conectando con ella).


J: Le voy a romper todos sus libros.


Yo: Veo que estás muy enojada, ¿te enoja que el papá te haya gritado?


J: ¡¡¡Sí!!!! ¡¡¡¡Y tu también!!!!!!!!


Yo: Tienes razón, yo también te grité, me enojé mucho cuando vi que se rompió el globo terráqueo de Marta, siento haberte gritado.


J: Voy a romper todos tus libros también.


Yo: ¿Te enoja mucho que te hayamos gritado?


J: Siiiiiiiiiiiiiii. Si me gritan yo no entiendo.


Yo: Ajá, pero me pareció que cuando te hablamos tampoco nos entendiste. ¿Ya estabas enojada? ¿Te gustaría tener un globo terráqueo para ti?


J: Sí, quiero que sea mío.


Yo: ¿Te gustaría que te hubieran regalado a ti uno igual al de Marta?


J: Sí, yo quiero uno solo para mí. ¡¡¡¡¡Voy a romper el de mi hermana!!!!


Yo: Claro, te gustaría tener uno igual… Y ¿te enojó también que Marta te dijera cómo usar su globo terráqueo? ¿Que no te dejara prenderlo y apagarlo?


J: Sí, yo quería usarlo.


Yo: Mmm… ¿Quizás te molestó que te dijera cómo hacer las cosas? ¿Tu querías decidir sola cómo usar el globo terráqueo?


J: Siiiii, yo quería usarlo solita.


Yo: Ajá, ¿y quizás también estuviste frustrada esta tarde porque hicimos algunas cosas que tu no querías hacer?


J: Siiiiii, yo no quería ir de paseo, quería venir a la casa.


Yo: En ese momento querías volver a la casa porque estabas cansada y no nos vinimos, ¿eso te hacía estar muy molesta? ¿Te hubiera gustado que tomáramos en cuenta tu petición?


J: Siiiiiiii.


Yo: ¿Sigues muy enojada?


J: Siiiiiii.


Yo: ¿Te gustaría dibujar cuán enojada te sientes?


J: Sí, y quiero rayar todos los rasguños que le quiero hacer al papá, y las mordidas.


Yo: Ok, ¿te traigo lápiz y papel?


J: Sí, un lápiz rojo.


Yo: Aquí está.


Josefa se pone a rayar con rojo hoja tras hoja, mientras yo se las voy cambiando. Luego se pone a enterrar el lápiz en cada hoja, luego empieza a intentar atravesar las hojas con la punta del lápiz. Se las sostengo firmes y logra atravesar las hojas y romperlas en dos. Nos pasamos un rato rompiendo y rompiendo papel. Empieza a reír.


Yo: ¿Te gustaría ir a mostrarle al papá y a Marta cómo rompes el papel?

ree

J: Sí, vamos.


Vamos a mostrarle su papá y a Marta. Josefa rompe y rompe papeles. Cuando termina de hacerlo, conversamos sobre cómo podríamos hacer que el globo terráqueo esté a salvo. Josefa propuso romperlo con un hacha:


M: Pero Josefa, no puedes romper cosas con un hacha adentro de la casa, es muy peligroso.


J: Lo haría afuera.


Yo: Mmm, no tenemos un hacha… Quizás mejor lo guardamos en un lugar seguro y Marta lo puede pedir cuando quiera usarlo.


J: ¡No! Yo lo quiero romper con un hacha.


Yo: Mmm, ¡realmente quieres romperlo con un hacha! Tendríamos que esperar para eso porque tendríamos que comprar un hacha… Pero me parece que no es una alternativa, a Marta no le gustaría eso, es un regalo importante para ella, se lo regaló la nona porque tenía mucha curiosidad sobre los otros países y el mundo.


M: No quiero que lo rompas, es mío, es importante para mí. Quizás mejor lo guardamos hasta que Josefa tenga seis.


Yo: Faltan dos años para que Josefa cumpla seis, creo que vas a tener ganas de verlo mucho antes.


M: Sí.


Yo: Quizás mañana encontremos otra alternativa, ¿les parece?


J: Sí. Mamá, ¿hagamos este puzzle?


M: Voy a ir a comer mi ensalada.


A veces esto puede tomar una hora, o dos. En general tendemos a hacer lo posible por que se acabe la conducta que nos molesta lo más rápido posible, sólo atendiendo a nuestra necesidad de adultos de armonía y respeto.


Poner atención en las necesidades de los niños y validar sus emociones nos cuesta, toma tiempo y nos exige mantenernos concentrados en la conexión y el vínculo, pero hacerlo vez de intentar de que cambien su conducta, los prepara para poder escuchar sus emociones y atender sus necesidades cuando sean adultos, para mí ese tiempo vale oro.

 
 
 

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